jueves, 9 de mayo de 2013

HISTORIA DE UNA GATO Y UNA FAROLA III

Pues sí, por mi barrio pululan una buena retahíla de mininos. Los hay grises, marrones, también los hay negros. Los hay gordos, flacos e incluso,  uno cojo.

    A uno de ellos le he bautizado con el nombre de calcetines. ¿Por qué? os preguntareis. Os cuento: calcetines es un gato negro, gordo y, un día,  observándole me di cuenta que sus cuatro patas son de color blanco, veamos la zona más o menos correspondiente a las pezuñas, de ahí que le bautizara con ese nombre. 


Calcetines es muy instintivo y muy inteligente, muy tranquilo, y con un sentido horario muy desarrollado. Pues sabe exactamente a la hora en la que estoy metido en faenas de cocinar,se situá debajo de mi ventana a ver si le cae algo de comida de la que estoy preparando en esos momentos. Me tiene controlado y sale a recibirme si esta por la zona en ese momento.

    Ni que decir tiene que ,en mi barrio, hay una ausencia total de roedores.


    En verano las riñas de gatos, amenizan las calurosas noches, dándole al barrio un aire típico y  particular.


    Calcetines es un gato también moderno y muy actualizado y sus horas de ocio y tranquilidad las disfruta tomando el sol sobre el capó de un Opel rojo tuneado. Calcetines pasa de la anticuada farola y le gusta dejar impresas sus huellas en este modelo deportivo, cuestión que, por otra parte, no le debe hacer mucha gracía al dueño del coche.


    Esta es una historia real que ocurre en mi barrio.

    T.S.G. TOMÁS SUÁREZ
, TALLER DE LECTURA

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