Al principio, los caracoles eran simples babosas que estaban expuestos a cualquier accidente. Su cuerpo blando era blanco de golpes, arañazos etc..
Un día, varios animales estaban reunidos a la orilla de un río , hablando de su aspecto. El puercoespín estaba orgulloso de sus púas, que le protegían, lo mismo que el elefante con su piel dura como el cuero. El caracol los oía y pensaba, “Todos estos animales de una forma u otra estan preparados para sobrevivir, sin embargo yo, cualquier dia puedo perecer bajo la pata de uno de ellos” y pensó qué tenía que remediarlo. Ideó un montón de cosas pero ninguna le gustó lo suficiente.
Hasta que un día vió como un mono intentaba partir nueces con una piedra y pocas veces conseguía romperlas.Así que se dijo: “Esa será mi armadura, lo suficientemente dura por fuera para protegerme y hueca por dentro para meterme en ella y guarecerme”. Se lo ató con dos hierbas sobre el lomo y fue poco, a poco acostumbrándose a su nueva casa.
Además esta armadura tenía la ventaja de que se podía llevar encima y su dueño no necesitaba quedarse siempre en el mismo lugar. Desde entonces fue evolucionando hasta convertirse en los modernos caracoles, tal y como los conocemos a día de hoy.
Ana Ruíz, TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA CREATIVA
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